martes, 21 de enero de 2014

Stole My Heart: Capítulo 6



Capítulo 6

Narra Zendaya

  Estaba llegando a la casa del cumpleañero, que al parecer se llamaba Gabo. Entré y me sorprendí al ver que la casa era demasiado grande, literalmente. No saludé a nadie porque no conocía a nadie, hasta que me encontré con Gabo, lo felicité y le entregué su regalo. Era un perfume, lo más sencillo de regalarle a alguien que no conoces. Seguí caminando para seguir sorprendiéndome y la música estaba cada vez más fuerte mientras me acercaba a la pista de baile. El lugar estaba muy bien decorado, ese chico si tenía plata. En un momento vi a Franco y no pude evitar sonreír al ver que estaba bastante guapo, como decía Ele. Se veía muy bien... ¿Por qué digo estas cosas? Si yo lo odio.
-¡Hola!- Me sobresalté, me di vuelta y era Manu.
-Ay, me asustaste.-
-Perdón.- Me miró de arriba a bajo. -Estás hermosa.-
-Gracias, vos también.- Me sonrío.
-¿Bailamos?- Me preguntó. No tenía muchas ganas de bailar, pero no le iba a decir que no. Me agarró la mano y fuimos a la pista de baile. Estaban pasando cuarteto y empezamos a bailar, bailaba bastante bien como para ser un chico. De repente cambiaron la música y pusieron un lento ¿Por qué tenían qué poner un lento? Ya no ponen más lentos en las fiestas. ¿Por qué en esta si? Manu me agarró de la cintura y me acercó más a él. Apoyé mis brazos en sus hombros haciendo que mis manos quedaran detrás de su cuello y nos empezamos a mover de un lado hacia el otro lentamente. Comenzó a mirar mis ojos fijamente y su rostro se acercaba más al mío. No quería besarlo, no me gustaba y tampoco lo conocía. Entonces pensé en una excusa.
-Tengo que ir al baño, es urgente.-
-Podes ir después al baño ¿No te parece?- No, no me parece, pensé.
-Es que es cosa de chicas- Dije nerviosa, no sabía mentir.
-Bueno, te espero acá.-
-¿Dónde queda el baño?- Le pregunté, no escuché ni una sola palabra de lo que dijo, solo fui hacia donde señalo. Empecé a caminar pero me perdí, esa casa era un laberinto. Pasé por una habitación y en una punta veo a un chico, lo vi mejor y era Franco. ¿Qué hacía Franco ahí? Al lado de él había una botella de vodka y él llorando. ¿Qué demonios hacía Franco llorando? No podía ser. Lo miré otra vez, me dio lastima. ¿Qué tenía qué hacer, entrar y preguntarle qué pasaba o irme y dejarlo allí y qué se arregle solo? Opté por la segunda, pero la intriga me ganaba y quería ayudarlo, así que elegí la primera. Caminé hacia él y me senté a su lado sin decir nada. Me miró con sus ojos sollozos y, eran hermosos aunque estén llenos de agua, volvió a mirar al piso. No sabía que hacer.
-¿Por qué lloras?- Le pregunté.
-No estoy llorando- 
-Claro, solo tus ojos sudan.- Hizo una mini sonrisa.
-Andate, quiero estar solo.-
-No me parece. Cada vez que alguien está mal siempre necesita alguien que los abrace y que le diga que todo va a estar bien, aunque lo niegue. Va, eso es lo que me pasa a mí. Pero si querés que me vaya, me voy.- Me estaba poniendo de pie para irme.
-No te vayas.- Me miró y luego me abrazó. Me sorprendí por el abrazo, nunca pensé que haría eso. Hice lo mismo, lo abracé y un cosquilleo recorrió mi cuerpo.
-Ahora tenes que decir que todo va a estar bien.- Su voz fue ronca.
-Todo va a estar bien.- Dije y lo abracé más fuerte. Se alejó de mí y se volvió a sentar.
-¿Querés contarme por qué lloras?- Me senté nuevamente a su lado.
-Mi hermanito tiene cáncer, Leucemia y ahora está internado en el hospital. Ayer empezó a tener mucha fiebre y hace un rato le empezó a salir sangre de la nariz y no paraba, perdió la conciencia. ¿Por qué le tiene qué pasar a él y no a mí? Se estaba recuperando.- Empezó a llorar nuevamente, verlo así me hacía sentir mal a mí, no entiendo el porque.
-¿Y qué haces acá? Él te necesita, tenes que estar con él.- ¿Por qué dije eso? Le pude haber dicho: no te preocupes va a salir de esta. Soné re insensible.
-Ya sé que tengo que estar con él, pero mi papá me lo prohíbe. No quiere que esté allá.-
-¿Y por qué no vas igual? Qué importa lo que dice tu papá, si vos querés estar con él vas y punto final.- Y otra vez soné insensible, un aplauso para mí.
-Es que no puedo, no puedo contradecirlo. Nunca pude y creo que nunca voy a poder hacerlo.- Antes de decir algo mejor lo pienso.
-Está bien. Mira, tu hermanito se va a poner bien, seguro es fuerte y va a poder salir de esta.-
-¿Cómo sabes?-
-Lo sé porque lo siento. Aparte si vos lo apoyas desde acá o desde cualquier lado él va a tener fuerza todavía. Pero demostrale que sos fuerte, así te imita.-
-Tenes razón. Gracias.-
-¿Por qué el gracias?-
-Por hacerme entender que todavía se puede.- Le dediqué una sonrisa, él hizo lo mismo y sentí que me derretía en ese momento.
-¿Por qué, por qué haces esto?- Me preguntó. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario