jueves, 30 de abril de 2015

Hace un Minuto y Cuarenta y Ocho Segundos

Hace seis segundos, se bajo del tren y emprendió camino a su casa.
Hace seis segundos, estaba de brazos cruzados, tenia frío y no se había llevado un abrigo.
Hace seis segundos, se iba preguntando que era lo que estaba haciendo con su vida.
Hace seis segundos, ya no era la misma, o la persona que quería ser o la que creía ser.
Hace seis segundos, tenía miedo, mucho miedo, de volver a su lugar oscuro, al que había enterrado hace ya un año.
No podía volver ahí, no quería volver ahí.
Hace seis segundos, se sentía mal, tanto física como mentalmente.
Hace seis segundos, no soportaba ocultar todo el dolor que tenía, ocultar sus lagrimas, que nadie supiera y que nadie entendiera como se sentía.
Ahí estaba, caminando de brazos cruzados, sin hacer nada para mejorar su estado actual.
Hace seis segundos, pensó tanto que comenzó a odiarse.
Hace seis segundos, el lugar oscuro ya estaba desenterrado.
Hace seis segundos, se preguntaba porque cuando es buena sufre, y cuando es mala también.
¿Es que siempre iba a salir lastimada?
Hace seis segundos, que siente un profundo dolor que no sabe como calmarlo, ese nudo en la garganta.
Hace seis segundos, que siente como esas malditas mariposas ahora se convierten en avispas que le perforan el estomago hasta llegar a la garganta queriendo salir.
Hace seis segundos, que siente que ya esta arruinada, quiere rendirse, tirar todo por la borda, encerrarse y ocultarse de todo lo malo.
Hace seis segundos, que siente soledad, odio, tristeza, amargura, pesadumbre, nostalgia, melancolía.
Hace seis segundos, no le importaba si un auto la pisara.
Hace seis segundos, chocó con él.
Hace seis segundos, lo miró a los ojos.
Hace un minuto y cuarenta y ocho segundos, lloraba abrazada a él.