lunes, 3 de febrero de 2014

Stole My Heart: Capítulo 10



Capítulo 10

Narra Zendaya

  En mi cabeza seguía dando vueltas el porque no debía estar con Manu. ¿Acaso él era malo? Ellos no se daban ni la hora. ¿Cómo sabía cómo era Manu? ¿Acaso no quería qué esté con el porque le pasaban cosas conmigo? Borré de mi mente la última opción, era obvio que no le pasaba nada conmigo. Ese pensamiento me entristeció pero era verdad ¿No?

-¿Lo viste?- Estábamos en el colegio, en la hora de plástica y Ele no paraba de mirar a Fernando. Me encantaba que esté enamorada y feliz, me hacía bien verla así.
-Se que te gusta Fer pero no lo mires todo el tiempo, es muy obvio.-
-No me gusta Fer y no lo miro todo el tiempo. Solo voltee y justo lo vi.-
-Ni vos te lo crees.-
-Si... tenes razón.- Admitió y apoyó su rostro sobre su mano, seguro estaba pensando en que él no le daría bola y esas cosas, como siempre se tira abajo ella sola. 
-Él también gusta de vos.- Le dije y se le dibujó una sonrisa en el rostro.
-¿En serio, cómo sabes?-
-Es obvio, cuando te mira le brillan los ojos.-
-¿Cómo te brillan a vos cada vez que ves a Franco?-
-No, córtala con Franco. Ya me tenes harta.- Siempre hablaba de Fernando o de Franco y de mí. Tocó el timbre y salimos al patio con las chicas, Luca y, como siempre estaba ahí, Manu.
-Hola chicas y Luca. Como el jueves y viernes es feriado los quería invitar a una fiesta en casa. Mis padres no están. Es desde las nueve hasta la hora que puedan quedarse, no más de las dos y media. Acá está la dirección y mi número de teléfono por las dudas.- Nos dijo Franco entregándonos un papelito a cada uno, menos a Manu y cuando llegó a mi me sonrío con su sonrisa compradora.
-Espero que vayas, me encantaría que vinieras.- Me dijo en el oído y nuevamente me sonrío. Me sonrojé un poco y, por mala suerte, todos se dieron cuenta.
-Vos Manuel no estás invitado.- le dijo Franco a Manu y se fue. Que extraño, pensé.
-¿Qué pasa entre vos y Franco?- Me preguntó Nicole.
-¿Ella con Franco? Ja ja ja. No pasa nada, nada.- Dijo Manu, todos lo miramos raro. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué Franco no lo invitó? Teníamos que volver a la aburrida aula, empecé a caminar pero Manu me detuvo.
-¿Qué pasa?- Le pregunté.
-No podes ir a la fiesta.-
-Si puedo y voy a ir.-
-No, te obligo a que no vayas.-
-¿Y vos quien sos para obligarme a mí qué tengo que hacer y que no? Mi padre, no lo creo.- Le dije enojada y me fui. Cuando llegué, Luca me preguntó porque me había retrasado y lo comprobó cuando vio entrar a Manuel.
-¿Y ahora qué pasó?-
-Nada, después te cuento.- Le dije sin ganas.
-¿Irá Fer a la fiesta? Seguro que sí porque es el mejor amigo ¿No? Y si va ¿Qué me pongo? No se que ponerme. ¿Mi mamá me dejará ir? Espero que sí porque sino la mato. Imagínate, voy y empezamos a hablar y nos besamos ¡Sería la persona más feliz del mundo! Pero... ¿Y si me rechaza y no me habla nunca más? No voy a poder parar de llorar y voy a morir soltera.- Dijo Ele hablando rápido y terminó agitada. Yo reía. -¿De qué te reís?-
-Sos tan dramática amiga.- Nos miramos y no podíamos para de reír, pero tuvimos que hacerlo porque el profesor entró al aula y nos calló.
  Estábamos caminando con Franco para la parada de colectivo y yo no podía dejar de pensar en él y Manu, había tanto historia y tanta historia que yo no sabía.
-Y... ¿Vas a venir?- Me preguntó Fran.
-Seguro que sí, tengo que preguntar en casa.-
-Me olvidé, hay que hacer lo de matemáticas.- Cierto, lo de matemáticas. -Tengo una idea, si venís a casa antes de la fiesta hacemos el trabajo y te quedas ahí.
-Buena idea. Mañana te respondo si voy, nos vemos.- Le dí un beso en la mejilla y doblé en la esquina.
  Ya era jueves y tenía que llamar a Franco para avisarle que sí iba a la fiesta y antes a hacer el trabajo práctico de matemáticas. Ayer no había ido al colegio porque me sentía mal y no me había animado a llamarlo. Tenía el papel con su número en una mano y en la otra el teléfono. No se porque estaba tan nerviosa, pero pude marcar el número y me llevé el teléfono a la oreja.
-Hola- Escuchar su voz, era tan hermosa.
-¿Franco?-
-Si, soy yo. ¿Quien habla?-
-Soy Zen.-
-¡Hola! ¿Cómo andas? Ayer faltaste.-
-Si me sentía mal pero ahora estoy mejor. ¿Vos cómo estás?- Logré relajarme un poco.
-Bien ¿Qué necesitabas?-
-Llamaba para decirte que voy a tu casa y a la fiesta. Um... ¿Me podría quedar hasta más tarde? Porque mis padres no pueden ir a buscarme a esa hora.-
-Si claro. No hay ningún problema.-
-Esta bien. ¿A qué hora voy?-
-A las cinco. ¿Está bien?-
-Sí, nos vemos.-
-Te estaré esperando.-
  
  El viernes llegué a las cinco y punto a su casa, hasta me puse nerviosa para tocar el timbre, y cuando lo hice sentí que mi estómago estaba en una gigante montaña rusa en la que no me podía bajar.
-Hola.- Dijo cuando abrió la puerta, tuve que mantener la respiración. Saludó a mi padre que se encontraba, atrás, en el auto.
-Hola.- Le dije.
-Pasa.- Entré a su casa, era grande.
-Es hermosa, tu casa.-
-Gracias. ¿Queres conocer al enano? Mi hermanito, ya está en casa.-
-Me encantaría.- Me iba mostrando la casa mientras caminábamos hacia la habitación del hermano. Nos detuvimos delante de una puerta, la cual él golpeó.
-Enano, permiso.-
-Sí, pasa.- Entramos y me encontré con un pequeño niño de aproximadamente seis años, pelado. Debía ser por la quimioterapia.
-Hola.- Lo saludé moviendo mi mano.
-Hola, soy Peter. ¿Ella es la chica de la que me hablaste?- Le preguntó a Fran, este se rascó la nuca.
-Si... es ella.-  Sonreí.
-Un gusto conocerte Peter. ¿Qué estabas haciendo?-
-Dibujaba ¿Te gusta?- Me preguntó mostrando el dibujo, era un auto.
-¿Lo dibujaste vos? Es increíble. Yo solo dibujo un rectángulo con círculos y para mi ya es un auto.- Los tres nos reímos.
-Gracias.- Seguía viendo el dibujo, era impresionante que un chico de seis años dibuje así.
-¿Vamos a hacer el trabajo?- Me preguntó Franco.
-Dale, después nos vemos Peter.- Movió su mano de un lado hacia el otro. Salimos del cuarto y fuimos al comedor. Fran empezó a sacar hojas de su mochila y las puso sobre la mesa.
-¿Sobre qué es el trabajo?-
-Sobre cálculos, ecuaciones y eso.- Era fácil.
-Si querés hago las ecuaciones que me salen rápido y bien.- Le dije.
-A mi seguro me salen más rápido.-
-¿Seguro?- Lo miré desafiante.
-¿Querés ver?- Empezamos a hacer las ecuaciones, el que terminaba primero tenía que hacer lo que el otro quería y me maldije cuando él ganó.
-¿Cómo hiciste tan rápido?- Quedé sorprendida.
-Soy yo, ya sabes. Aparte me saco diez en todo.-
-¿En todas las materias?-
-Exacto.- Guiñó un ojo. Él era un nerd sexy, tan sexy.
-Sorry chico diez.-
-Ahora tenes que hacer lo que yo quiera.-
-¿Y qué es lo que vos queres?-
-Un beso, eso quiero.-   

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