miércoles, 27 de mayo de 2015

Los Adultos y Sus Preocupaciones

¿Alguna vez te preguntaste por qué los adultos andan siempre preocupados? Por ejemplo: tus padres, en una cena familiar, antes de que lleguen todos, van de un lado hacia el otro, tan rápidos como un leopardo, porque piensan que no van a llegar con los preparativos (les sobra media hora). O sino, que entre peleas se van sacando todo el estrés que tuvieron en el día, pero este vuelve con tan solo pensar en el día siguiente. Se les nota en la cara, con esa sonrisa falsa, que más que una sonrisa es como si estuvieran en el baño haciendo fuerza para defecar.
¿Y tus abuelos? Preocupados porque saben que en cualquier momento les llega la parca, en vez de disfrutar sus últimos días. Pero lo que más odias es cuando te piden que vayas a buscar su dentadura que está en un vaso con agua; te encantan los dientes fuera de una boca todos baboseados. Y lo peor de todo es que tenes que hacer lo que te piden porque sino te hacen sentir culpable, porque ya están viejitos.
El tío y la tía, siempre detrás de tus primitos todo el tiempo, por miedo de que se caigan, se lastimen o que pongan los dedos en el enchufe; pero no se dan cuenta que parecen unos locos sobreprotectores sin darle la hora a nadie más.
Así son los adultos, están sumergidos en sus preocupaciones, sin importarles que nos pasa a nosotros, que es lo que te pasa a vos. Y a lo que más miedo le tenés es terminar como ellos.

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