¿Sabes? El otro día soñé que me dejabas, que sin ninguna razón me decías que no querías estar conmigo, que te ibas y que no volvería a verte. Fue horrible, porque sentí que el cielo ya no existía, ni la tierna, ni siquiera los árboles. Todo se volvía oscuro. Comencé a sentir una presión en mi pecho, muy dolorosa, que recorría todo mi cuerpo dejándome sin movilidad. Y todo esto porque pensé que vos no me dejarías como el resto, que tenías razones para quedarte conmigo, que no te irías y que te vería todos los días. Pero otra vez estaba sola, sin que nadie me apoyara, me ayudara y me quisiera. No estaba enojada con vos, sino conmigo, porque entonces yo era el problema y no los demás.
Por suerte fue solo un sueño, y vos no me dejaste como el resto porque tenías razones para quedarte conmigo, no te fuiste y te volví a ver todos los días.
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